Pulseras rojas me robó la adolescencia

Mikel Iglesias

“Pulseras rojas me robó la adolescencia”

Es joven pero sobradamente preparado. Se trata de un chico calmado interiormente, que todavía no ha llegado a cumplir el cuarto de siglo de existencia (vino al mundo en 1996) pero tiene las ideas claras. No le quedó más remedio. Pero sobre todo destaca su alegría y positividad. Por su voracidad e inquietud por seguir mejorando, a pesar de que su adolescencia se vio truncada de la noche a la mañana. Unas pulseras rojas hicieron saltar al estrellato a un tal Ignasi, pero Mikel Iglesias (Barcelona, 10 de julio de 1996) siempre tuvo los pies en el suelo. Y no, no le ha ido nada mal.

“Todavía hoy, y más ahora que están reponiendo la serie en una de las plataformas online, la gente sigue recordándome casi a diario lo que hicimos. Aquello fue una locura. Nunca pensábamos que Pulseras Rojas iba a tener tantísimo impacto en la juventud española, pero de la noche a la mañana aquello fue incontrolable”, recuerda Iglesias con un toque nostálgico. “Los protagonistas fuimos a la presentación de un libro del director de la serie, Albert Espinosa, a finales de febrero de 2010. Cabían unas 200 personas en un espacio reservado en la Diagonal de Barcelona y se agolparon hasta 4.000 fans de Pulseras Rojas clamando por un autógrafo y una foto. Ahí nos dimos cuentas de la realidad de la situación”, confiesa.

Mikel, sin embargo, ya tenía un bagaje en el mundo de la interpretación. Literalmente se “comía el escenario” en las clases extraescolares a las que su madre le inscribió. “Mi profesora le comentó a ella que mi potencial debía ser aprovechado en Barcelona. Mi madre accedió y cada sábado me llevaba a la Escuela Superior de Arte Dramático EOLIA para formarme en la materia. Siempre miraba el tablón de anuncios para participar en algún corto y en uno de ellos coincidí con Eduardo Velasco, mi padre en este mundillo, que convenció a mi familia para que, con apenas 11 años viajara a Madrid para citarme con la que sería mi representante”. Faltaban solo tres años para que comenzara el rodaje de una serie que le cambió la vida.

Por aquel entonces, el hoy artista, director y músico hacía sus pinitos en el mundo del fútbol. Se considera un apasionado del FC Barcelona, con el que siempre tuvo una vinculación especial. De hecho, en sus redes sociales, Mikel presume de una instantánea con un Lionel Messi que lucía la media melena que delataba su juventud allá por el año 2006. “¡Te prometo que no es un fotomontaje! Gané un sorteo y siendo un crío pude tirarle un penalti a Víctor Valdés y pelotear un poco con Ronaldinho y Messi. ¡Muy heavy todo, tío!”, exclama el actor con la ilusión del niño que, según él, siempre tendrá “alma de futbolista”.

Y si Mikel puede presumir de esa imagen junto al que probablemente sea el mejor jugador de todos los tiempos, también puede hacerlo de mantener una bonita relación con uno de los mejores cazatalentos y referentes en el ámbito de los despachos futbolísticos: Antonio Fernández. “Nos conocimos hace cuatro años por el proyecto ‘Mucho más que Fútbol’, una de las tantas ideas que tiene en su cabeza y que ejecuta a la perfección, proyecto que me enamoró”. El también actor Diego Domínguez es amigo en común para ambos y gracias a él “iniciamos una relación de amistad entre Barcelona y Madrid que se ha consolidado en el tiempo”.

Iglesias destaca “la capacidad de Antonio para transmitir tranquilidad y paz” en cada conversación. “Admiro la pasión que le imprime a cada acción que realiza. Estuvo en el Sevilla, en el Málaga, en el Valencia, en la Selección…ganó un Mundial y todavía sigue demostrando una enorme ambición”, afirma de un amigo con el que es habitual intercambiar muchos mensajes, compartir proyectos en mente y que incluso a veces, disfrutan con sus respectivas familias.

La última vez que se vieron fue en la presentación de la cinta ‘Victoria, 3 de mayo’, uno de los numerosos proyectos que han visto la luz y que cuenta con la firma del joven actor: “Puedo decir que tuve suerte de que Pulseras Rojas me pillase tan joven. Si llego a saltar a la fama con 20 años, quizás la gente me hubiera encasillado en ese papel, cuando mi objetivo es todo lo contrario”, explica Mikel. Y es que un chico ambicioso como él, a pesar de estar muy agradecido por todo lo que vivió en su momento con la serie, quiere “seguir creciendo”.

Nos lo cuenta desde su casa con vistas al mar (“de no ser porque vivo con mi hermana y en un entorno que para mí es idílico lo hubiera pasado fatal en el confinamiento”). Está psicológicamente algo tocado por la situación, aunque su energía le hace mirar el lado positivo de esta circunstancia. Y pensar en cómo seguir mejorando: “Lo difícil es mantenerse y por eso no puedo quedarme pensando en lo que he conseguido; es posible que haya tocado techo, pero esto es una carrera de fondo que no ha hecho más que empezar”.

Mikel se despide con un apunte cargado de ilusión. Realizó una locución para un anuncio en DAZN, plataforma de streaming deportivo. “Me hubiera encantado ser periodista y creo que, al final, tus deseos se acaban cumpliendo si te focalizas emocionalmente en ellos”.

Así habla un chaval fuerte, humilde y sincero que tuvo que soportar la pérdida prematura de su padre y uno de sus mejores amigos. A buen seguro, allá donde estén, se sentirán orgullosos de la carrera de un chico de Rubí al que unas pulseras le cambiaron su vida para siempre. Una vida que seguirá disfrutando con ilusión y optimismo. Con arte y paz, tal y como indican sus redes sociales. Se lo ha ganado.

 

Antonio y Mikel cenando en Barcelona

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